El pasado viernes 21 de septiembre, en la Estación de Atocha, se escuchaba una canción muy especial, que cantaba: “compartir con toda tu gente, tu arte, tu alegría y tu ilusión…”
¿Alguien conoce cuál es? Así es: “Andalucía una y tuya es”.
Andalucía nos llamaba al compás de un baile flamenco y, esta vez, Córdoba llevaba el caballo ganador. Así es como el AVE nos llevó directos a la cuna del salmorejo, a la cuna de las berenjenas con miel, de la historia romana y musulmana. El AVE fue nuestro caballo veloz.
Pero, nuestra cuna, tendría más bien forma de hotel, un hotel donde los amaneceres se hacen infinitos desde su terraza. Donde la tranquilidad de su piscina, la amabilidad del servicio y los detalles, brillan por su exuberancia. Era el Hotel EXE Las Adelfas, un hotel situado a media hora caminando o quince minutos en coche hasta el centro de Córdoba.
Y es que, hablar de caballos, no es una mera coincidencia ya que así es como nos daría la bienvenida esta ciudad tan mágica: La bienvenida en las Caballerizas Reales. Una magnífica demostración del arte andaluz, la cultura del caballo y la belleza del flamenco.
El flamenco, un ritmo que marcaría nuestro fin de semana, agitado en unos momentos; calmado y nostálgico en otros.
Pero era ya tarde y la cena cóctel en Sojo Ribera nos esperaba. Una terraza, restaurante y discoteca muy de moda en la ciudad. Algunos, siguieron la fiesta; otros, decidieron recogerse pronto para empezar con ganas la jornada de sábado.
Un sábado que empezaría con una sesión de “Habilidades Directivas” en los propios salones de nuestro hotel. Este curso, nos enseña a identificar las posibles causas y sensaciones de nuestras emociones. Hablando del miedo, el asco, la ira, el amor… Como principales motores de estas mismas y el origen de cada una de ellas.
Instantes después, nos daban la bienvenida numerosos empresarios del sector turístico de Córdoba, explicando el gran auge e importancia que tendrá en los próximos meses con la modificación y ampliación de su Palacio de Congresos. El turismo y la agricultura son los sectores más importantes de esta pequeña gran ciudad.
Una vez acabadas las presentaciones y formaciones, somos transportados al Palacio de Congresos, que recién abrirá en las próximas semanas, resultado en 1980 de la transformación y adaptación del Hospital Mayor de San Sebastián. Mide cerca de 3.500 m2, conformados por los Patios del Palacio, el edificio principal y la zona reconstruida. Está dotado de las más modernas instalaciones técnicas, aire acondicionado, sistemas de megafonía, alarmas…
Había que recuperar fuerzas y así lo hacíamos en el Restaurante Casa Palacio Bandolero, situado frente a la Mezquita de Córdoba, en pleno barrio de la judería.
Más tarde, visitaríamos tanto la Mezquita (y todas sus ampliaciones) como la Judería y el Alcázar de los Reyes Cristianos, fantásticamente dirigidos por nuestra guía, quien nos explicaba todo lo que deberíamos saber sobre estos mismos.
Nuestro día terminaba con buen sabor de boca en el conocido restaurante Puerta Sevilla, un patio interior cordobés impresionante, para luego pasar a Doble de Cepa, restaurante muy andaluz moderno, donde pudimos disfrutar de flamenco “clandestino”, en privado.
El domingo sería un domingo de excursión, poniendo rumbo a Medina Azahara, a 8 kms del centro, donde descubriríamos una de las mejores vistas de la ciudad. Este yacimiento arqueológico es el más grande de toda Europa y acaba de recibir el título de Patrimonio de la Humanidad.
Era una infraestructura de poder del califa en el siglo X, “todo lo que está en altura es poder”, dividida en tres terrazas.
Esta excursión continuaría con la visita al Palacio de Viana, casa museo hoy día, que pertenecía a los Marqueses de Viana y fue vendida a Kutxabank con la condición de que no se vendiese nada de su interior, manteniendo así la misma vista de la familia. Es un paseo a través de cinco siglos (desde el s. XV al s. XIX) y consta de dos zonas: una donde habitaban y otra de colecciones. Muchas de las habitaciones simulan un barco, debido a que al Marqués le gustaban mucho. Podemos encontrar numerosos tapices de Goya, 7.016 libros en diferentes lenguas, armas, cueros…
Aunque, ¿qué mejor que despedir Córdoba dando un paseo entre sus patios (declarados Patrimonio de la Humanidad)?
Así es como despedimos esta magnífica ciudad cultural, histórica y gastronómica.
Una ciudad califal.
Luisa Koefoed
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